[ Afiliación Élite ] Tale of Crassis Kingdom

Hace muchas lunas, cuando aún era joven el sol, el mundo como se le conoce se desvaneció, la codicia de los fuertes dio paso a una era de sangre y desolación, no habían leyes que protegieran a los débiles, no había orden o esperanza, solo caos y muerte, las guerras avanzaron devastándolo todo, los días eran cortos y desolados, las noches largas y tenebrosas; escondidas como ratas en madrigueras las personas aguardaban aterradas, mirando la luna rezaban por un cambio, por un rayo de luz.

“Traednos justicia, traednos paz, traednos esperanza, regresad el amor y la prosperidad a nuestras tierras”

Los ancianos cuentan que sus plegarias fueron escuchadas, de entre los escombros se irguió magnánimo, un héroe noble y poderoso, Crassis es el nombre con él que se habla aun de aquel bárbaro; Crassis el grande, Crassis el imbatible, los hombres marcharon tras su titán y resultaron victoriosos en cada batalla, él era invencible y quienes le seguían recibían su benevolencia.

Algunos aseguran que después de su centésima segunda victoria, Crassis recibió la visita de un hada, una tan hermosa como la primavera, aquella ente le entrego una cuerda dorada, asegurando que con ella seria capas de domar a un dragón, una proeza jamás alcanzada antes, él entonces avanzó hasta la cueva de un dragón negro en una noche de luna llena, atando a la bestia con la cuerda y bañándola con su sangre Crassis ganó la lealtad del imponente animal, no había otro como él, con su bestia y su creciente ejercito aquel hombre triunfo sobre el continente, regresando la prosperidad a su tierras y la esperanza a todos quienes le habían seguido fielmente.
De sus más fieles seguidores Crassis nombró a su propio gremio, y les ordenó capturar bestias y criaturas en los bosques y montañas, estos animales pasarían a ser las implacables herramientas de protección de la ciudad, sin embargo, poco a poco fueron surgiendo cazadores independientes que capturaban a las bestias más hermosas y fuertes, vendiéndolas como juguetes, sirvientes o como guardianes.

Más de cien lunas luego, las leyes del rey aún se respetan, el continente es prospero y los hombres viven a sus anchas atendiendo las profesiones u oficios que desean, los cazadores y los nobles disfrutan de la casta más alta, ya que muchos ansían tener su propia bestia, muchos conviven con ellas, otros las explotan a gusto, mientras en los bosques aun proliferan aquellas tan fuertes o inteligentes que no se han dejado atrapar, la vida a regresado al continente y con ella la esperanza, hoy como todos los días, ha salido el sol en el reino de Crassis.